viernes, 2 de noviembre de 2007

Paseo al Salto del Laja

Después de terminar el rodaje de mi nueva compañera de rutas, he decidido probarla en un viaje por caminos destapados pero de poca dificultad. Mi decisión fue realizar un recorrido relativamente corto pero no menos interesante, viaje de concepción al Salto del Laja por caminos interiores. Fueron 250 kilómetros en total, los cuales estuvieron marcados principalmente por senderos de tierra y ripio.

Mi pequeña se porto de maravillas, respondió perfectamente a los distintos escenarios por donde la lleve, claro debo reconocer que durante varios kilómetros de ripio suelto, mi trancito no fue de lo mejor, las derrapadas y sobresaltos fueron la tónica del desplazamiento, aunque reconozco que de eso mi GXT 200 no tubo culpa alguna, era solo mi poca experiencia en ese tipo de terrenos, pero en fin ya vendrán tiempos mejores.

La ruta escogida la tracé en el siguiente mapa, la “línea” de color verde es la ida y la azul el retorno.

El día presento todos los climas posibles, partí rondando las 10 de la mañana con un día nublado pero calido. Una ves que me adentre en los caminos de tierra, me llamo mucho la atención una hermosa casa situada en medio de la nada, no tuve un muy buen ángulo para fotografiarla, pero hice lo que pude, el resultado esta a la vista. No pude sino en pensar todos los inconvenientes que pasó el constructor para trasladar los materiales necesarios para la construcción.



















Lamentablemente no prepare todo lo necesario para realizar el viaje, me preocupe de llevar algunas herramientas, verificar el estado de mi niña, llevar mapa y otras cosas, pero no me percate que la carga de la batería de mi fiel cámara no estaba del todo completa. Por este motivo no pude sacar muchas fotografías para asegurar energía suficiente para mi destino final.
Los caminos tenían más o menos esta tónica.


Durante el viaje me encontré con un criadero de Avestruces, había un letrero de “no entrar” pero hice caso omiso de él y con moto y todo me acerque para ver mejor a los animales, la cuidadora no me puso mayores complicaciones para pasar, estaba tan extrañada de ver gente, que aprovecho el tiempo para hablar conmigo. Tenia solo 18 ejemplares de unos 300 que llego a criar, me explicaba que no era un muy buen negocio, si bien es cierto la carne tiene un buen precio, es difícil encontrar donde venderla, los tratados de libre comercio no han dado el fruto esperado por todos, aun no logran la exportación de este tipo de carne.























































Después de mucho subir y bajar quebradas, llegue a mi primera detención, un pequeño pueblito en el interior llamado Rere, que en lengua mapuche significa “pájaro carpintero”. Fundado en 1586 actualmente tiene unos 390 habitantes dedicados principalmente a las actividades silvoagropecuarias y ganaderas. Cuanta la historia que en sus tiempos de apogeo, el pueblo llego a ser un importante centro administrativo y financiero, llegando a contar con un banco emisor de billetes. Pero la grandeza no duraría mucho tiempo, por ahí leí una frase que decía “El desarrollo de la Región termino por arruinar el desarrollo de Rere”



















Vista del campanario de Rere, donde se aloja la gran campana de oro fundida en el 1720 a pedido de los monjes jesuitas para anunciar la llamada a las múltiples ceremonias religiosas que se hacían en la misión.

























Para almorzar elegí un pintoresco restaurante “Hostería Rere”, el cual estaba construido de adobe y engalanado con objetos campesinos, la comida un siete, la atención de primera y los precios dignos de ser acotados. Como dicen los que saben bueno bonito y barato.








































Y como todo pueblo que se aprecie de tal, la plaza de Rere


El día se estaba poco a poco tornándose mas nublado, por lo tanto decidí continuar mi viaje sin detenerme hasta llegar a mi destino final. El camino se puso un tanto más difícil, el ripio suelto fue mi acompañante hasta yumbel. De ahí en adelante solo asfalto y mi fiel GXT una vez más no arrugo en lo más mínimo y me condujo sin esfuerzos a un promedio de 100 K/h.
En menos de 30 minutos ya me encontraba disfrutando del hermoso paisaje que despliega el salto del Laja, de los cuales me gustaría compartir con ustedes alguna de las fotografías del entorno.
























































Las vistas y parajes son realmente encantadores, el sonido del agua es como un susurro que te lleva a la tranquilidad y al reposo.
No podría dejar de tomar esas fotos que tanto nos gustan a los motoqueros.





























Comenzaban a caer algunas gotas de lluvia, por lo tanto ya era hora de emprender el retorno, modifique levemente mi recorrido preestablecido por miedo a que la lluvia fuese muy intensa, pase por Yumbel una ves mas y no pude dejar de pasar a la parroquia a ver la imagen de San Sebastián, para los católicos habría sido imperdonablel.
























La lluvia se apodero de casi todo el camino de regreso, por lo tanto no pude tomar mas fotografías, demás esta decirles que mi niña no se quejo ni de frió ni por la mojada, llegamos mojados y sucios a mas no poder, pero afortunadamente mi ropa no se paso nada, y mi cuerpo se mantuvo a muy buena temperatura. Creo que ya es hora de ponerle nombre a mi nueva compañera, pero la verdad no se me ocurre ninguno, seguramente mas adelante saldrá solito.
Para los que no conocen el Salto del Laja, se los recomiendo y para los que han estado en el en otras oportunidades les digo que siempre encontraran algo nuevo que admirar.

Gracias por llegar hasta el final de mi relato.

Saludos

3 comentarios:

David Belmar dijo...

Muy lindas las fotos y entretenido el viaje....yo tambien he estado en el salto del laja en mi bandit, es un paisaje muy lindo. saludos

PIPE dijo...

que buena compadre, te cuento que recien ayer me compre la GXT-200 se llama Vicky, y uf mi primera moto y me encanto, estoy aprendiendo a conducir con ella pero sabes se a portado un siete, ojala algun dia me lleve al sur espero viajar aunque sea de apoco para alla. saludos desde santiago..

atte.

Felipe castillo G.

Christian dijo...

La GXT te llevara a donde tu quieras, lo único que necesitas es decidirte a viajar.

Salu2... y que tengas buenas rutas